domingo, agosto 14, 2005

Hablemos del ALCA | Autor/a: Nat

George Bush estará en noviembre en Argentina y su principal objetivo es reavivar el proyecto del ALCA ( Area de Libre Comercio de las Américas). Como todo tratado de libre comercio de América Latina con Estados Unidos, el ALCA sólo es bueno para ellos. Estados Unidos necesita recursos, y sobre todo recursos naturales, por eso hoy mira hacia Latinoamérica, donde está una de las mayores reservas de agua potable del mundo .

El ALCA significa para los países que lo firmen el principio del fin de la soberanía. Es un tratado de anexión, que nos retrotrae, en el caso de Argentina, a las situaciones comerciales anteriores a la revolución de Mayo, la época del Virreinato, cuando el monopolio exclusivo sobre nuestro comercio lo tenía España. En este caso lo tendría América del Norte.
El principal objetivo es asegurar la libre circulación de las mercancías y el capital en todo el continente americano, convirtiéndose así en una expansión del NAFTA (acuerdo de libre comercio suscripto por EEUU, Canadá y México en 1994). Durante estos años, el NAFTA ya ha probado las consecuencias que trae para los trabajadores, la sociedad y el medio ambiente.
Sólo algunos datos: durante la vigencia del NAFTA, un millón de mexicanos más ganan menos que el salario mínimo y 8 millones de familias han sido sumergidas en la pobreza. En la zona de las maquiladoras, a lo largo de la frontera entre EEUU y México, el crecimiento de la polución y los deshechos químicos, resultado de la supremacía de los intereses comerciales sancionada en el NAFTA, han subido drásticamente las tasas de hepatitis y los malformaciones congénitas.
El ALCA establece, entre otras cosas, la eliminación de las barreras arancelarias, la prohibición de cualquier política estatal destinada a favorecer el uso de bienes nacionales (compre nacional) o privilegiar de cualquier forma el desarrollo local o sectorial, y la obligación de abrir las compras o contrataciones del estado en todos sus niveles (nacional, provincial y municipal).
Por otra parte, los países latinoamericanos ni siquiera podrá beneficiarse de sus ventajas comparativas en el sector de la agricultura dado que los subsidios a este sector (utilizados justamente por los EEUU para sostener a sus productores agrícolas) son una de las pocas excepciones planteadas en el tratado. Este tratado debía entrar en vigor el 1° de enero de 2005. Pero los pueblos resistieron, la presión popular y los cambios de gobiernos en Latinoamérica lo impidieron hasta hoy. Sin embargo, el tema se reflotará en la Cumbre de las Américas. La cita de los 34 presidentes americanos (excluyendo a Cuba), es en noviembre en Mar del Plata, en la costa atlántica argentina. El rechazo se hará oir, eso es seguro. ¿Escucharán nuestros gobernantes?.

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Claro, pero para eso tiene que haber voluntad política. Y de eso hasta ahora hubo bastante poco. Aunque los últimos cambios de gobierno en los países miembros de Mercosur permitirían augurar que de aquí en más debería ser distinto. Pero hay presiones para que esto no crezca, y la cumbre de las Américas va a ser una de ellas.
 


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