miércoles, agosto 24, 2005
... y EEUU | Autor/a: gulliver
Para los más ricos
Por Paul Krugman
Octubre de 2002
...
Pues no. Aunque Estados Unidos goza de una renta per cápita más alta que cualquiera de los demás países avanzados, resulta que eso se debe, sobre todo, al hecho de que nuestros ricos son mucho más ricos. Muchos norteamericanos dan por hecho que, puesto que somos el país más rico del mundo, deberíamos poder vivir mejor, en términos generales. No estamos hablando exclusivamente de los ricos, que son más ricos que sus equivalentes extranjeros, sino de que la típica familia norteamericana viva mucho mejor que la típica familia de cualquier otro lugar del mundo, e incluso de que nuestros pobres vivan bien para los niveles de vida del extranjero.
4. EL EJEMPLO SUECO
Sin embargo, eso no es verdad. Permítaseme recurrir al ejemplo de Suecia, la gran bête noire de los conservadores. No hace muchos meses, Glenn Reynolds, el cibersabio de tendencias conservadoras, causó un gran revuelo cuando afirmó públicamente que el PIB per cápita de Suecia es más o menos comparable al de Misisipí. Casi como decir: ¡fíjense, cómo se han empobrecido a sí mismos estos atontados que creen en el estado de bienestar! Es de suponer que daba por hecho que eso significa que el sueco típico es más o menos igual de pobre que el habitante típico de Misisipí y, por tanto, que vive mucho peor que el norteamericano típico.
Sin embargo, la esperanza de vida en Suecia supera en aproximadamente tres años la de Estados Unidos. La mortalidad infantil es la mitad que la norteamericana y por debajo de la tercera parte de la tasa de Misisipí. El analfabetismo funcional es mucho más raro que en EEUU.
¿Cómo es posible esto? Una de las respuestas es que el PIB per cápita es, en cierta forma, una medida un tanto engañosa. Los suecos disfrutan de más tiempo de vacaciones que los norteamericanos, de modo que trabajan menos horas al año. Se trata de una opción, no de un fallo de funcionamiento de su economía. El PIB por hora trabajada en términos reales es un 16% más bajo que el de Estados Unidos, lo que coloca la productividad de los suecos más o menos a la misma altura que la de Canadá.
Sin embargo, lo realmente importante es que, aunque Suecia tenga una renta media inferior a la de Estados Unidos, eso se debe fundamentalmente a que nuestros ricos son mucho más ricos que los suyos. La familia sueca media disfruta de un nivel de vida más o menos comparable al de la familia norteamericana media; los salarios son, en todo caso, algo más altos en Suecia, y la carga impositiva, más alta, se ve compensada porque el sector público proporciona la asistencia sanitaria y porque los servicios públicos son, por lo general, mejores.
Por otra parte, a medida que uno profundiza en la distribución de la renta, los niveles de vida en Suecia están muy por encima de los de Estados Unidos. Las familias suecas con hijos que se encuentran en el percentil décimo, es decir, las que son más pobres que el 90% de la población, tienen rentas un 60% más altas que las de sus equivalentes norteamericanos. Además, en Suecia, son muy pocas las personas que padecen la extrema pobreza que tan extendida se encuentra por Estados Unidos. He aquí un dato: en 1994, sólo el 6% de los suecos vivía con menos de 11 dólares al día, comparado con el 14% en EEUU.
Por otra parte, se puede demostrar que las desigualdades han alcanzado en Estados Unidos unos niveles en los que resultan contraproducentes. Es decir, que se podría defender que nuestra sociedad sería más rica si los más ricos no ganaran tanto.
...
Leer el artículo completo en el suplemento Nueva Economía de El Mundo
Por Paul Krugman
Octubre de 2002
...
Pues no. Aunque Estados Unidos goza de una renta per cápita más alta que cualquiera de los demás países avanzados, resulta que eso se debe, sobre todo, al hecho de que nuestros ricos son mucho más ricos. Muchos norteamericanos dan por hecho que, puesto que somos el país más rico del mundo, deberíamos poder vivir mejor, en términos generales. No estamos hablando exclusivamente de los ricos, que son más ricos que sus equivalentes extranjeros, sino de que la típica familia norteamericana viva mucho mejor que la típica familia de cualquier otro lugar del mundo, e incluso de que nuestros pobres vivan bien para los niveles de vida del extranjero.
4. EL EJEMPLO SUECO
Sin embargo, eso no es verdad. Permítaseme recurrir al ejemplo de Suecia, la gran bête noire de los conservadores. No hace muchos meses, Glenn Reynolds, el cibersabio de tendencias conservadoras, causó un gran revuelo cuando afirmó públicamente que el PIB per cápita de Suecia es más o menos comparable al de Misisipí. Casi como decir: ¡fíjense, cómo se han empobrecido a sí mismos estos atontados que creen en el estado de bienestar! Es de suponer que daba por hecho que eso significa que el sueco típico es más o menos igual de pobre que el habitante típico de Misisipí y, por tanto, que vive mucho peor que el norteamericano típico.
Sin embargo, la esperanza de vida en Suecia supera en aproximadamente tres años la de Estados Unidos. La mortalidad infantil es la mitad que la norteamericana y por debajo de la tercera parte de la tasa de Misisipí. El analfabetismo funcional es mucho más raro que en EEUU.
¿Cómo es posible esto? Una de las respuestas es que el PIB per cápita es, en cierta forma, una medida un tanto engañosa. Los suecos disfrutan de más tiempo de vacaciones que los norteamericanos, de modo que trabajan menos horas al año. Se trata de una opción, no de un fallo de funcionamiento de su economía. El PIB por hora trabajada en términos reales es un 16% más bajo que el de Estados Unidos, lo que coloca la productividad de los suecos más o menos a la misma altura que la de Canadá.
Sin embargo, lo realmente importante es que, aunque Suecia tenga una renta media inferior a la de Estados Unidos, eso se debe fundamentalmente a que nuestros ricos son mucho más ricos que los suyos. La familia sueca media disfruta de un nivel de vida más o menos comparable al de la familia norteamericana media; los salarios son, en todo caso, algo más altos en Suecia, y la carga impositiva, más alta, se ve compensada porque el sector público proporciona la asistencia sanitaria y porque los servicios públicos son, por lo general, mejores.
Por otra parte, a medida que uno profundiza en la distribución de la renta, los niveles de vida en Suecia están muy por encima de los de Estados Unidos. Las familias suecas con hijos que se encuentran en el percentil décimo, es decir, las que son más pobres que el 90% de la población, tienen rentas un 60% más altas que las de sus equivalentes norteamericanos. Además, en Suecia, son muy pocas las personas que padecen la extrema pobreza que tan extendida se encuentra por Estados Unidos. He aquí un dato: en 1994, sólo el 6% de los suecos vivía con menos de 11 dólares al día, comparado con el 14% en EEUU.
Por otra parte, se puede demostrar que las desigualdades han alcanzado en Estados Unidos unos niveles en los que resultan contraproducentes. Es decir, que se podría defender que nuestra sociedad sería más rica si los más ricos no ganaran tanto.
...
Leer el artículo completo en el suplemento Nueva Economía de El Mundo