miércoles, agosto 24, 2005
"Blindar" competencias y derechos históricos | Autor/a: R. Senserrich
Uno empieza a estar hasta las narices de la retórica de los nacionalistas catalanes cuando hablan de derechos históricos. Según ellos, no lo reclaman por esencialismos, sino para "blindar" las competencias del estatuto catalán, de modo que no puedan ser ursupadas por el malvado gobierno de Madrid.
En fin, ya lo expliqué hará unos meses, pero esto es pura retórica. El sistema de reparto de competencias en la constitución no es exactamente elegante, pero en este punto es mucho menos complicado que lo que los defensores de los derechos históricos pretenden. Simplemente, si una cosa está escrita en un Estatuto de Autonomía, esa competencia está blindada a todos los efectos. El sistema de reparto define que es competencia autonómica todo lo que no esté en la lista de exclusivas y los estatutos recojan; si una materia está en un estatuto, es de ese gobierno regional.
¿Por qué el sistema es así? Bueno, los Estatutos forman parte del bloque constitucional, y deben ser aprobados en ambos niveles de gobierno. Para una reforma del estatuto, es necesario el consentimiento de las cortes y del parlamento regional; su aprobación por ambos puede alterar, por tanto, el sistema de competencias. La belleza del sistema es que cualquier reforma deriva de un pacto entre el centro y la región, y que nunca, nunca puede ser cambiado unilateralmente. Una vez algo está en un estatuto, las cortes no pueden derrogarlo o legislar sobre ese tema como si fuera suyo. Esa materia está a todos los efectos protegida de intervenciones exteriores.
O en otras palabras, la retórica de derechos históricos es puro humo. Convergència y Esquerra pueden decir lo que quieran; añadir esa clausula no cambia absolutamente nada. Por eso el PP lo ha añadido en su reforma del estatuto de la Comunidad Valenciana (y se han quedado tan anchos), es irrelevante. Claro, a los nacionalistas les hace ilusión eso de tener derechos desde la era de la Marca Hispánica, supongo, pero de momento lo único que hacen es lloriquear por algo que no tiene ningún efecto práctico.
Vamos, encantadores.
En fin, ya lo expliqué hará unos meses, pero esto es pura retórica. El sistema de reparto de competencias en la constitución no es exactamente elegante, pero en este punto es mucho menos complicado que lo que los defensores de los derechos históricos pretenden. Simplemente, si una cosa está escrita en un Estatuto de Autonomía, esa competencia está blindada a todos los efectos. El sistema de reparto define que es competencia autonómica todo lo que no esté en la lista de exclusivas y los estatutos recojan; si una materia está en un estatuto, es de ese gobierno regional.
¿Por qué el sistema es así? Bueno, los Estatutos forman parte del bloque constitucional, y deben ser aprobados en ambos niveles de gobierno. Para una reforma del estatuto, es necesario el consentimiento de las cortes y del parlamento regional; su aprobación por ambos puede alterar, por tanto, el sistema de competencias. La belleza del sistema es que cualquier reforma deriva de un pacto entre el centro y la región, y que nunca, nunca puede ser cambiado unilateralmente. Una vez algo está en un estatuto, las cortes no pueden derrogarlo o legislar sobre ese tema como si fuera suyo. Esa materia está a todos los efectos protegida de intervenciones exteriores.
O en otras palabras, la retórica de derechos históricos es puro humo. Convergència y Esquerra pueden decir lo que quieran; añadir esa clausula no cambia absolutamente nada. Por eso el PP lo ha añadido en su reforma del estatuto de la Comunidad Valenciana (y se han quedado tan anchos), es irrelevante. Claro, a los nacionalistas les hace ilusión eso de tener derechos desde la era de la Marca Hispánica, supongo, pero de momento lo único que hacen es lloriquear por algo que no tiene ningún efecto práctico.
Vamos, encantadores.