viernes, agosto 26, 2005

La enseñanza religiosa | Autor/a: enhiro

Uno de los puntos de la reforma educativa que llevó a cabo el PP fue el pretender situar, la enseñanza religiosa, al mismo nivel que el resto de las asignaturas, en cuanto a ponderación para acceder a estudios superiores. El argumento que se esgrimió desde el partido y los medios afines fue que, conocer la religión católica, era fundamental para entender nuestro mundo y nuestra cultura hoy día. Es fácil ver que es un argumento tramposo, dado que lo que dice es tan rigurosamente cierto como que en realidad no es eso lo que se pretende. Porque cualquiera que haya abierto algún libro de religión en su vida, con una alta probabilidad editado por Ediciones Paulinas, que casualmente también edita la Biblia que tiene en la estantería; o recibido una clase de religión por la persona elegida por la Iglesia Católica, sabe perfectamente que de lo que se trata no es de enseñar la religión desde un punto de vista histórico, ni de explicar los fundamentos de la religión católica desde un punto de vista objetivo, sino impartir de catequesis.

Es bien conocido en pedagogía y psicología que, el mejor momento para moldear la mente de una persona, es durante su infancia. Poco o nada se puede hacer con respecto a lo que los padres, que tienen la potestad hasta que cumplen la mayoría de edad, enseñan a sus hijos. Si estos los envían a dar catequesis a la parroquia del barrio y los hacen ir a misa todos lo domingos, o si los escolarizan en un colegio religioso privado, están en su legítimo derecho. Pero donde si se puede hacer algo es en la enseñanza pública, porque España, hasta donde yo sé, es un estado laico donde la Iglesia no debería tener presencia en las escuelas.

El hecho de que exista la asignatura de religión como tal, y de que los profesores sean elegidos por la Iglesia Católica, se debe a la existencia de acuerdos firmados entre el estado y la Santa Sede. En dos frases, del texto preliminar al articulado de dichos acuerdos, se resume la situación de la enseñanza religiosa en nuestras escuelas:

Por una parte, el Estado reconoce el derecho fundamental a la educación religiosa y ha suscrito pactos internacionales que garantizan el ejercicio de este derecho.

Por otra, la Iglesia debe coordinar su misión educativa con los principios de libertad civil en materia religiosa y con los derechos de las familias y de todos los alumnos y Maestros, evitando cualquier discriminación o situación privilegiada.

En la primera frase nos enteramos de que la enseñanza religiosa es un derecho que tenemos, igual que la vivienda digna o el trabajo. Y no es un derecho cualquiera, no, es un derecho fundamental. Es decir, es tan importante recibir enseñanza religiosa como comer todos los días. Ciertamente me gustaría conocer las razones que convierten a la enseñanza religiosa en derecho fundamental.

En la segunda se cede a la Iglesia la coordinación de su misión educativa, por tanto de aquí viene que los profesores de religión que imparten clase en las escuelas, en lugar de haber pasado una oposición como el resto, sea elegido por la parroquia del barrio.

Para entender porqué se firmó un acuerdo semejante, lo primero que se me ocurre es ponerlo en su contexto histórico, La Transición, la época en que España despertaba a la democracia sacudiéndose como podía una dictadura que había durado varias décadas. En mi opinión, las décadas de dictadura habían hecho bastante mella en todos los movimientos que pudieran ser contrarios o, al menos, tener cierto control sobre los actos de la Iglesia, sobre todo en la masonería (según dicen las malas lenguas por no dejar entrar entre sus filas al generalísimo, aunque no es un punto que se haya demostrado), aunque también en el Comunismo y el Socialismo, fortaleciendo a su vez el papel de la Iglesia en la sociedad.

Así que una Iglesia fuerte, consiguió obtener un tratado con el Estado Español bastante ventajoso, que la situaba dentro de las escuelas y que hoy día se ve reflejado en la nunca suficiente mente lamentada L.O.G.S.E. en dos ocasiones:

La ley, que orienta el sistema educativo al respeto de todos y cada uno de los derechos y libertades establecidos por nuestra Constitución y al pleno desarrollo de la personalidad del alumno, establece entre sus disposiciones que la enseñanza de la religión se garantizará en el respeto a los Acuerdos suscritos entre el Estado Español y la Santa Sede, así como con las otras confesiones religiosas.

Segunda. -La enseñanza de la religión se ajustará a lo establecido en el Acuerdo sobre enseñanza y asuntos culturales suscrito entre la Santa Sede y el Estado Español y, en su caso, a lo dispuesto en aquellos otros que pudieran suscribirse con otras confesiones religiosas. A tal fin, y de conformidad con lo que dispongan dichos acuerdos, se incluirá la religión como área o materia en los niveles educativos que corresponda, que será de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para los alumnos.

Es decir, la ley asegura el cumplimiento del acuerdo con la Iglesia, por lo que habemus enseñanza religiosa en la escuela pública.

Bien, voy a volver ahora a algo que he dicho al principio, me refiero a lo de que es rigurosamente cierto que es necesario conocer la religión católica para entender nuestra sociedad actual. Muchas de nuestras tradiciones y costumbres, muchas de las palabras que usamos, desde adiós hasta malage (de mal angel) vienen de esa religión. Nuestra estructura familiar monogámica también, y si lo pienso un poco puedo llevarme un buen rato enumerando influencias de la religión católica en nuestra sociedad, pero creo que no hace falta porque son bien conocidas. Lo que creo que no es necesario es, que esa enseñanza, la imparta alguien designado por la Iglesia Católica y, lo que es más, que exista una asignatura al efecto. Porque, en la enseñanza, ya se ha inventado una asignatura cuyo objetivo es enseñarnos como se ha formado nuestra sociedad a partir de los hechos pasados, me refiero, obviamente, a la asignatura de Historia. Ahí es donde incluiría la enseñanza de la religión cristiana y como ha influido en nuestra sociedad, impartida por profesionales que hayan obtenido su plaza por oposición, igual que el resto.

Creo que esto, además de sacar a la Iglesia de las aulas públicas, extiende esta enseñanza a todos los estudiantes. Porque si es tan necesario conocer la religión católica para entender nuestra sociedad, ¿como es que la elección de la asignatura es voluntaria?, si es necesario, lo es para todos y a nadie le debe parecer mal que su hijo aprenda a entender mejor la sociedad en la que vive, sea del credo que sea, o no sea de ninguno.



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